jueves, 3 de abril de 2014

Lola y el chico de al lado, Stephanie Perkins.

¡Hola, hola, hola! Hoy, además, de las novedades editoriales que ya os he anunciado, también os traigo una reseña de una novela tremendamente dulce no apta para aquellos que no toleren el azúcar, aunque Lola y el chico de al lado es una novela tan divertida, que seguro que conseguirá derretiros.

Título: Lola y el chico de al lado.
Autor: Stephanie Perkins.



¿Que cómo es Lola? Pues es extravagante, simpática, enamoradiza y algo alocada. Desde hace algún tiempo sale con Max, un cantante de rock guapo, encantador, y algo macarra. El típico chico de peli. El típico chico perfecto. ¿O no?

Él tiene veintidós y ella diecisiete, y ninguno de los dos padres de Lola (sí, dos, una simpática pero estricta pareja gay) aceptan que ese es el hombre de su vida. Sin embargo, ¿qué pasará cuando Cricket Bell, el amor de la infancia de ella, vuelva al vecindario?

Pronto Cricket se las ingeniará para dar un giro a la vida de Lola, que, de repente, no parece tan clara y ordenada (todo lo ordenada que podría ser algo que pertenezca a Lola) como lo era antes de su aparición.

Una historia sencilla, una historia algo previsible, una historia adornada con capas y capas de tafetán, seda y tul. Y, sobre todo, una historia maravillosa. Lola consigue llevarnos hasta el centro de su vida de pelucas y maquillajes y hacernos sentir todas sus emociones al ritmo del taconeo de sus botas de plataforma.

Ella, que en un principio puede parecer tan extraña, solo tiene de rara su apariencia. Cuando te internas en su mundo compruebas que es una chica corriente, con sus dudas, sus problemas, sus sueños..., tal y como son las chicas de diecisiete años.

En contraposición, Max es una persona seria y fría, lo opuesto a Lola, y, si me preguntas a mí, yo diría que es algo aburrido. Sin embargo, se entiende perfectamente que Lo esté con él cuando dice que su novio es cantante de una banda de rock (¿o acaso os extraña que caiga rendida ante el estereotipo de chico malo pero asombrosamente guapo, con tatuajes y tocando en un grupo?).

Cricket, por el contrario, es dulce y buena persona, y, sinceramente, me cae mucho mejor. Cualquiera que se escriba enigmáticos mensajes en las manos como recordatorios ya tiene ganado mi aprecio, pero es que además Cricket es buena persona, y se nota que quiere a Lola tal y como es.

Bueno, dejaré de hablar de él porque podría hacerlo durante párrafos y párrafos. La cuestión es que el libro es precioso, con un ritmo ágil que consigue que no te apartes de él hasta el final, cuando Lola... ¡pero ¿qué estoy diciendo?! Si quieres saber cómo acaba compra el libro, te aseguro que no te arrepentirás.

P. D: Hay un libro anterior a éste (cronológicamente hablando) llamado Un beso en París que se puede tomar como primera parte, pero da absolutamente igual leerlos en desorden, ya que tienen en común dos personajes que en el anterior eran los protagonistas y que ahora solo son secundarios, por lo que no influye en absoluto en la trama.


No os perdáis esta novela, ni tampoco su antecesora, Un beso en París y ya sabéis, sea cual sea vuestra opinión sobre ella, ¡dejadla en un comentario!

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