Croquetas y wasaps, Begoña Oro

¡Hola, hola, hola! Hoy os voy a hablar de un libro que se ha convertido en uno muy especial para mí, Croquetas y wasaps, de Begoña Oro. Este libro comparte alguno de sus personajes con Pomelo y limón, una novela anterior de la misma autora, pero no es necesario haberla leído para entender este (de hecho, yo Pomelo y limón no lo he leído).

Título: Croquetas y wasaps
Autor: Begoña Oro

Resumen

Clara está sumida en la más absoluta tristeza después de que el maravilloso, el guapísimo, el genial Lucas la dejase. La espiral de autocompasión en la que está sumida parece no tener fin, pero quizá... Quizá tenga una segunda oprtunidad con Lucas, porque si se esfuerza todo es posible... ¿no?

En esa aventura, en la del amor, y también la del desamor, la acompañará su fantástico abuelo geropunk, su preocupada madre, y sus amigos, Pinilla, Zaera, Magda, y, desde luego, Unai, que será el mayor al que Clara se haya enfrentado jamás.

Opinión

Cuando empecé este libro, lo único que pensé fue "no, por favor, no mas protagonistas bobas de las que se hunden en un círculo de autocompasión y tristeza sin hacer nada por remediarlo". Y efectivamente, al principio, eso es exactamente con lo que me topé. Clara era boba y tremendamente exagerada. Y entonces me dije: "oh oh. Este libro va a ser así todo el tiempo", y también "no me va a gustar nada".

¡JA! ¡Qué equivocada estaba! Sinceramente, he amado esta novela. La he disfrutado muchísimo y no tengo pegas a nada. Quiero decir, que es verdad que en un principio Clara se muestra como una niña tonta - solo ha estado con Lucas tres días (bueno, o eso entiendo yo), que la haya dejado no es el fin del mundo -, pero pronto empieza a evolucionar, demostrando que no solo no es una niña mema, sino que es una persona fuerte y valiente.

Empecemos por el principio, la trama. No es una premisa la mar de original (tan solo es una adolescente con problemas de desamor), pero sí que hay algunos giros bastante ocurrentes. Pese a que es un poco predecible, no creo que lo más importante sea el misterio de cómo va a acabar, sino de disfrutar de cada mini capítulo.

¿Mini capítulo?, diréis. Sí, con deciros que en el libro (creo que son unas 250 páginas, para que os hagáis una idea) podemos encontrar más de cien capítulos os imaginaréis que a veces no superan la longitud de una hoja. Esto no hace más que aligerar la lectura hasta alcanzar un ritmo vertiginoso (a lo que también contribuye el estilo sencillo de la autora).

Y hablando de su estilo, o del de Clara, pues es ella la que narra la historia en primera persona, hay que recalcar su original manera de contar lo que la pasa mientras introduce frases divertidas del abuelo o teorías de su amiga Pinilla.

Pese a que en un principio Clara pueda parecernos un poco tonta, creo que poco a poco la vamos entendiendo hasta que podemos llegar a cogerle cariño. Es, aunque pueda no parecerlo, un personaje complejo y original pese a no salirse de lo corriente (pues ella es tan normal como tú o como yo).

Los demás personajes están menos desarrollados (lógico si tenemos en cuenta que los vemos a través de los pensamientos de Clara), pero aún así son divertidos y profundos. Por ejemplo, tenemos al abuelo. El abuelo es realmente genial, uno de los puntos fuertes de la novela. Es irónico, divertido y a veces vulgar (como su hija se empeña en recalcar cada vez que le echa la bronca por decir una palabrota). Él también es un personaje que cae bien, despertando la ternura pero también las carcajadas.

Y por otro lado está Unai, ese personaje del que me enamoré nada más verle (bueno, vale, no fue nada más verle, ni tampoco nada más describirlo Clara, pero desde que le leí supe que iba a ser un personaje con una historia muy especial). Y, por supuesto, no me ha defraudado. Unai sí que es un personaje curioso, con su físico poco atractivo pero con su personalidad tan misteriosa. Desde luego, es todo lo opuesto a aquellos chicos que destilan encanto como los guaperas a los que estamos acostumbrados en la literatura juvenil (cof cof Jace Wayland y similares cof cof).

No, Unai es muy misterioso y, pese a ello, la gente no suele reparar en la intriga que causa. ¿Por qué nadie intenta averiguar cuál es la razón de que día sí y día también invente historias para la muerte de su padre? ¿Por qué a nadie le extraña que diez años después siga vistiendo de luto por él? Para mí, ha sido un personaje tierno, emotivo y muy interesante.

Tenemos muchos más personajes, como la madre de Clara (un personaje algo estereotipado, pero con algún giro interesante hacia el final), Pinilla (sobre la que tengo entendido que trata Pomelo y limón, la primera novela juvenil de la autora), o Lucas (el personaje más superficial de toda la historia y que me ha parecido tan solo un instrumento para detonar la acción). Sin embargo, todos estos personajes orbitan alrededor de Clara, por lo que, pese a que para ella sabemos que tienen su relevancia, a mí me resultaron un poco indiferentes (como personajes, no como elementos de la novela. Es decir, que su carácter no me llamó demasiado la atención, pese a que les viese correctamente construidos).

Y por último hablemos de la ambientación. La autora no se para a describir largo y tendido, pero sí que dice algo respecto a los ambientes en los que se mueve nuestra protagonista desde el punto de vista de esta, mezclándolo con sus pensamientos. Debo decir que, pese a no describir demasiado, la autora lo hace tan bien en tan solo unas líneas que, en pleno mes de julio en España, miré por la ventana convencida de que fuera hacía muchísimo frío y diluviaba (que es lo que ocurría en el libro). Como podéis imaginar, ni lo uno ni lo otro; había treinta y cinco graditos y sol espléndido.

Por todo ello, y por todas las geniales ideas que Begoña Oro inculca a sus historias (desde pinillismos sobre el porqué acariciamos la cabeza a la gente cuando llora, hasta que el universo sigue su curso cuando nosotros más tristes estamos), he acabado prendada de este libro hasta un punto que, cuando lo abrí por la primera página, nunca habría sospechado.

Puntuación

Sé que cuando os conté que iba a empezar a puntuar los libros dije que no solía poner Igors y que era rarísimo que pusiese Ritos, pero he tenido muy buena suerte con mis lecturas desde entonces xD Por todo lo dicho anteriormente (creo que no puedo añadir mucho más), este libro se lleva un Rito de cabeza.

¿Y a vosotros? ¿Qué os ha parecido Croquetas y wasaps? Y si habéis leído Pomelo y limón... ¿me lo recomendáis?